Pues sí. Los chinchonetes presumen de muchas cosas, pero también están orgullosos de tener un castillo. Y ese soy yo; El castillo de los condes.

Castillo (1)

Desde la calle de los Huertos, si tomas la cuesta que significa la calle del Convento; saldré a tu derecha.

Me situó, en la explanada del Castillo, y soy testigo principal de las idas y venidas de los locales y forasteros. Desde mi privilegiada situación, observo un interesante resumen de Chinchón; que nunca has de perderte si nos visitas.

No soy el original; puesto que, en un ataque en 1520 contra los comuneros, mi antecesor fue seriamente deteriorado. Soy de segunda construcción; y tengo materiales del anterior.

Castillo (3)

No puedo confirmarte con exactitud mi fecha de construcción. Datarlo es difícil, pero hablamos de la época anterior a 1600.

Evidentemente, los siglos pasan para todos. Para los castillos; también. Y más cuando se sufren varias guerras. La primera de ellas fue la Guerra de Sucesión en 1705, donde las tropas del Archiduque de Austria me tomaron como base.

Apenas 100 años después, cuando me estaba olvidando de lo pasado lo ocurrido. Napoleón decidió invadir España y los chinchonetes que son muy bravos; tuvieron varios desencuentros con los franceses. Contra las tropas de Napoleón; terminé de deteriorarme.

Castillo (5)

¿Qué hacemos con el castillo? Eso pensaron los paisanos. Ellos fueron prácticos y se utilizaron algunos de mis materiales para la reparación de carreteras, caminos… y todo aquello que pensaron que debía ser reparado. No les culpo; no había recursos.

Hace años; fui utilizado como licorería. Actualmente, no me quejo. Soy un espacio privado; donde alguna fiestecilla se hace en mi interior. Y claro está, comparto la celebración de la festividad de San Roque con todos los de mi pueblo; cuando llega agosto.

¿Qué he pasado tiempos mejores? Está claro, pero no cambio por nada; todo lo que observo desde mi lugar. La admiración que sigo despertando y las fotografías que me hacen de vez en cuando.

Y tengo mis encantos. El blasón de los Condes de Chinchón. Mis torres cilíndricas. Y partes de mi foso. Vamos, que tengo mis recursos.

Así que, si en algún momento visitas Chinchón; no olvides que existo y que estaré encantado de mostrarte mi mejor cara.

 

Saludos desde La Columna